¡FELIZ NAVIDAD! ¡¡Qué tiempo tan bonito es este!! ¿Verdad?
En estos días aparece mucho por todos los sitios la palabra ilusión. La coca-cola se encarga con sus eslóganes en las marquesinas de los buses de recordarnos que este es un tiempo de ilusión, ¿no los has visto?
Y es que el corazón del hombre está hecho para amar, y mucho, y fácilmente se ilusiona con prácticamente cualquier cosa que exista. Somos así. Os pongo un ejemplo:
Un día estaba con un amiguete en una tienda de artilugios algo frikis. En esas entró un hombre de unos cuarenta años con una camiseta de "La Guerra de las Galaxias" y se puso a hablar con el dependiente. De repente algo llamó la atención del hombre: unos palillos de plástico de esos de comer comida china con la forma de los sables láser que usaban Luke Skywalker y Darth Vader en la famosa peli de su camiseta. Entusiasmado el hombre le pegó un gritito de satisfacción al dependiente, al cual siguió la siguiente conversación:
Hombre de Star Wars: ¡¡¡¡Tienes los palillos chinos!!!!
Dependiente: Sii.
Hombre de Star Wars: ¿Cuánto cuestan?, ¿!cuánto cuestan!?, ¿¡¡cuánto cuestan!!?
Dependiente: Pues... 30 euros.
Hombre de Star Wars: ¡¡¡Ahhhh, justo lo que llevo!! No sé si comprarlos... eeeeh... ¿van a llegar más?
Dependiente: Claro, probablemente mañana, o como mucho la semana que viene.
Hombre de Star Wars: Mmmmm... no sé...... mmmmmm.... ¡¡No me arriesgo!! ¡¡Me los llevo!! Aunque no pienso usarlos, van a la estantería, lógicamente.
A nosotros, claro, nos hizo muchísima gracia, por eso lo recuerdo tan bien. XDD
Bueno, el caso es que esta historieta sirve de ejemplo para mostrar cómo el corazón del hombre está hecho para ilusionarse. Nos ilusionamos no sólo con cosas, con acontecimientos que van a ocurrir, con personas... Todos tenemos experiencia de lo que es la ilusión. Nos ilusionamos cuando ponemos nuestro corazón en algo o alguien de lo cual o de quien esperamos una correspondencia, de lo cual o de quien tenemos una expectativa, de lo cual o de quien creemos que nos va a llenar ese corazón que le damos.
La ilusión de la Navidad no son unos palillos chinos, ni el osito de peluche de la coca-cola que nos sonríe desde las marquesinas. No. La verdadera ilusión de la Navidad es tan grande que es capaz de cambiarnos la vida: Jesucristo. El único que puede responder totalmente a esa ilusión del corazón, pues Él nos ha amado antes.
Muchas veces se habla de eso del “año nuevo, vida nueva”. Cada Navidad ocurre algo que nos cambia la vida, y no son los regalos más bonitos que los Reyes Magos puedan traernos, ni es el sorteo del día 22, ni el del niño. Ese que nos cambia la vida es el Niño, pero el de verdad, el que nace en medio del silencio de un portal en Belén. ¡¡Fíjate bien!! Tu vida será entonces una vida nueva cada día.
Me despido por hoy, amigo lector, deseándote una buena entrada y salida de año. En este año que empieza podremos decir por fin que es el año de la JMJ... jeje. Te dejo de regalito navideño un video de Vicente del Bosque animándote a ir al gran encuentro de la juventud con el Papa en Madrid.
El vídeo es un regalito anticipado, porque no te olvides que aún tienen que venir los Reyes. Aunque eso es otra historia y tendrá que ser contada en otro momento.
Dios te bendiga, amigo lector.
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