¡¡Hola amiguitos y amiguitas!!
¿Cómo va todo?
Las vacaciones están cerca y a estas alturas es muy fácil estar pensando ya en que terminen las clases, o los trabajos, y en que pronto estaremos comiendo turrones, mazapanes y uvas, diciendo que no nos ha tocado la lotería pero tenemos salud y paseando por Cortilandia con gorros absurdo on the head. ¡La mente se relaja tan fácilmente! XD
Por eso hoy te propongo que hagas un sencillo ejercicio mental para el buen desarrollo de tu imaginación, una especie de Brain Training de esos que están hoy tan de moda de regalar a los papis cuando se van haciendo mayores (esa es la excusa, luego te lo quedas tú). Vamos a ello:
Imagina una explanada gigantesca, llena de gente, hasta dos millones de personas. Todos gritando y agitando banderas de todos los países que se te puedan ocurrir. De repente, entre todos ellos, va pasando un cochecito con un señor de rostro amable vestido de blanco. Todo el mundo grita su nombre: ¡Benedicto, Benedicto!, ¡Benedetto, Benedetto! La gente aplaude. El hombre de blanco sube a un escenario enorme, en él un montón de señores vestidos de negro y púrpura y con un extraño gorrito van a saludarle. A continuación el simpático hombre de blanco dice unas palabras preciosas y saca de una especie de caja algo que parece un trozo de pan, que mete dentro de lo que parece una custodia de vidrio. Y se queda ahí, de rodillas. Todo el mundo está de rodillas. Pasado un rato largo el hombre de blanco coge la custodia de cristal con el pan dentro y, elevándola para todos puedan verla bien, hace en el aire una cruz. Todo en medio del más absoluto silencio de las dos millones de personas, que continúan de rodillas.
Si lo has hecho bien, acabas de imaginarte el momento central de la Jornada Mundial de la Juventud. Casi nada.
¿Y qué?, ¿esto de la JMJ para qué? ¿en qué se diferencia la JMJ, con tanta gente enfervorecida, de un concierto de la Lady Gaga esa, o de ir a la final del mundial y que gane España (lo cual ocurre cada seis vidas)?
La JMJ es mucho más que un concierto o un partido de fútbol. Ese trozo de pan ante el que todo el mundo se queda mudo es mucho más de lo que parece ser. Ese trozo de pan es el mismo Cristo, ese trozo de pan es el único centro de la Jornada. Es aún mucho más que el Papa, que es su Vicario. La JMJ es por Cristo, nada más; sin Él no tiene ningún sentido, sin Él no tiene sentido que vengan jóvenes a Madrid desde la otra punta del mundo, sin Él ni siquiera tiene sentido que yo vaya de Móstoles a Cuatro Vientos.
El único y mejor ejercicio que tenemos que hacer para prepararnos para la Jornada es mirar a Jesucristo. Mirarle desde ya. Nada más. Sino la JMJ no va a salir bien. Cada uno de nosotros saldrá contentísimo, como contentísimos estábamos cuando Iniesta le marcó el gol a Holanda (bueno, los holandeses no), pero... ¿para qué? Dios es lo único que no resulta una felicidad pasajera, pero corremos el gran peligro de hacer que así lo sea si dejamos de mirarle. Prepara bien corazón y mente, porque el 15 de agosto es Cristo el que viene, no Lady Gaga XD.
Y hablando de la venida de Cristo: esta semana es Navidad!!! Habrá que merecerlo como se celebra!!, digo habrá que celebrarlo como se merece en el blog!!! Pero eso cuando llegue, ya sabes: otra historia, otro momento.
Aquí os dejo una fotillo que me han mandado desde la parroquia de Nuestra Señora de la Inmaculada, en Alcorcón. Es de la oración que los jóvenes hacen por la JMJ y en la que esta vez se juntaron mas de 60 personas.
¡¡Sé bueno y cuídate maifrien!!
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