¡Comenzando septiembre, querido lector! Atrás quedan los meses julioagosteros de ir de acá para allá en campamentos, subiendo montañas, visitando amigos, descansando con la familia...

Y yo me pregunto, ¿merece la pena vivir así, amargarse desde el principio? Y me respondo que no. La apatía y la desidia son enemigos muy malos. ¡Y cuidado!, porque son contagiosas: no se las vayas a pegar a otros, y párate a pensar quién te las ha contagiado a ti...
¡Cuántas cosas buenas tienen que suceder este curso! ¡Cómo mejoraría nuestra vida y la de los que nos rodean si cambiásemos las quejas por una mirada optimista! Mejor que te reconozcan por tu alegría y se pregunten el motivo que por tus caras largas y apáticas que no dicen nada bueno.
No se, cosas que pienso, querido lector, y ahí las dejo. ¡Hasta otra entrada!
1 comentario:
A mi también me cuesta entender ese desaliento. ¿No se supone que venimos cargados de energía?
Como decía Churchill:
"Las actitudes son más importantes que las aptitudes."
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