La JMJ y yo en mi casa...

¡Hola, hola, hola!

Querido lector... Es hora de retomar el blog, de quitarle las telarañas, de actualizar lo desactualizado, ¡de escribir de nuevo!

¿Y escribir de nuevo a cuento de qué? Bueno... ¿No te sucede estos días que tienes un gran deseo de estar en la JMJ? Ver en ambiente por la tele inevitablemente nos hace recordar con nostalgia Roma, Colonia, Sydney, ¡Madrid! Y nos hace pensar: ¡qué maravilloso sería poder repetir esa experiencia!


Y es que, querido lector, ¡qué grande es la Iglesia! Si ya has estado en una JMJ sabrás de lo que hablo. Es precioso vivir unos días rodeado de jóvenes de todos los países que te imagines, y que todos nos podamos entender por hablar el mismo idioma: el de la fe, el que nos enseñó Jesucristo.

Pueden ser muchos los motivos por los que no estemos allí: está lejos Brasil, es caro ir, nadie de mis amigos se ha animado a ir... Da igual, por lo que sea, no estamos en Río, pero... ¡No pasa nada! Porque, querido lector, si vivimos lamentándonos por no estar allí nos perdemos el poder vivir la JMJ desde aquí.

¡Claro! Porque lo que Francisco diga estos días no es sólo para los cristianos que estén allí, es para todos nosotros también. Me sorprendió mucho ver como se lanzaba la gente al coche del Papa el día de la llegada.Tenían ganas de verle, escucharle, darle la mano, y él señaló muy bien a quien le gustaría que los cristianos veamos, escuchemos y des la mano estos días: "No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros".

Esas palabras, querido lector, son también para nosotros, Cristo sale también a nuestro encuentro aunque estemos lejos de Rio, estemos donde estemos también participamos de este momento histórico con nuestra oración y con nuestra escucha.

Falta el ambiente, no es lo mismo... Es verdad, por eso te aconsejo que te juntes con tus amigos y podáis verlo juntos. No es lo mismo, claro, ¡pero en todas partes somos Iglesia! No te pierdas nada de lo que Dios te puede dar estos días, ¡vive la JMJ!

Hasta mas escribir y leer, querido lector, que Dios te bendiga.