¡Hola, hola, hola!
Querido lector... ¡hora de hablar un poquito de cine en este blojecito! Son muchas las películas que me gustaría comentar por estos medios interneteros, y me he decidido a poner algo sobre "La Vida de Pi", estrenada hace poquito.
¿Por qué sobre esta película? Bueno... porque creo que tiene un final suficientemente complejo para confundir al pobre espectador que va al cine a pasar un buen rato (en plan Gran Torino, y eso).
Y es que ciertamente pasas un buen rato viéndo la peli: la música es muy bella, la fotografía es espectacular y los actores se meten estupendamente en la interpretación.
El guión adapta una conocida novela. Su director, Ang Lee ("Tigre y Dragón", "Brockeback Mountain") nos cuenta la historia de Pi, un niño que pierde trágicamente a sus padres y hermano en un naufragio en el Océano Pacífico cuando se dirigían rumbo a Canadá con todos los animales del zoo familiar que regentaban en la isla.
Pi consigue subir a bordo de un bote salvavidas junto con un mono, una cebra y... ¡un tigre enorme! La película va narrando la historia de como Pi y el tigre (que se merienda a los otros dos pobres animales) sobreviven como naúfragos en la barquita.
La historia la va narrando el propio Pi, ya de mayor, a un joven escritor canadiense que va en busca de una buena historia que contar y que le haga creer en Dios. Así, vemos como Pi, de niño, se interesa por el hinduismo, el cristianismo y el islam, y quiere pertenecer a las tres religiones al mismo tiempo, ante la oposición de su padre, que quiere alejarle de toda creencia por considerar todas las religiones irracionales (¡qué equivocado está el hombre!). Al llegar la adolescencia, Pi se vulve un chico escéptico (¡qué común es esto!), la película nos muestra de manera genial como pasa de leer a Dostoivski a leer a Camus. Es en este punto cuando sucede el naufragio, y se nos cuenta la historia de como Pi vuelve a creer en Dios.
Parece todo muy hermoso, bonita historia, bien contada en medio de pintorescos y agradables fotogramas, pero... ¡La Vida de Pi no es lo que parece! ¡Ojo!
Y es que el mensaje final que muestra la película (con un inesperado giro de guión) es que Dios es una especie de paliativo para el sufrimiento del hombre, que la creencia no es mas que algo que necesitamos para seguir adelante con la realidad del mundo, por ello al final da igual una religión que otra, lo importante es creer en un ser superior para dar sentido a la existencia.
¡Aguachirri total! Lo que prometía ser una película con un verdadero mensaje de la realidad de Dios en el hombre y el cambio que produce en su vida se queda en un descafeinado escepticismo relativista que busca confundir al espectador. Colorista todo, eso sí, y de ahí su gran peligro, pues consigue su objetivo (a algunas críticas leídas me remito).
Así pues, concluyendo esto, no te recomiendo, querido lector, que la veas si vas al cine a pasar el rato (¡hay muchas otras mejores!). Si la ves, que sea con ojos críticos, que no te la cuelen. Dios no es como Ang Lee lo presenta en esta película. No es, como decía el cartel promocional de la película, "el viaje de tu vida".
¡Hasta más leernos, querido y asiduo (o no asiduo) lector!
No hay comentarios:
Publicar un comentario