La totalidad de los fieles no puede equivocarse en la fe, porque
Jesús prometió a sus discípulos que les enviaría al Espíritu de la
verdad, que los sostendría en la verdad. (Jn 14,17). (CEC 80-82, 85-87,92,100)
Así como los discípulos creyeron de corazón en Jesús, un cristiano
cuando pregunta por el camino de la vida puede fiarse completamente de
la --> IGLESIA. Dado que Jesús mismo encargó a sus --> APÓSTOLES el
ministerio de la enseñanza, la Iglesia tiene un --> MAGISTERIO y no
puede callar. Ciertamente miembros aislados de la Iglesia pueden
equivocarse e incluso cometer faltas graves, pero en su conjunto la
Iglesia no puede desviarse de la verdad de Dios. La Iglesia es portadora
a través de los tiempos de una verdad viva que es mayor que ella misma.
Se habla del depositum fidei, del depósito de la fe que hay
que custodiar. Si esa verdad es negada o deformada públicamente, la
Iglesia debe hacer resplandecer de nuevo "lo que se ha creído en
todas partes, siempre y por todos" (San Vicente de Lérins, + 450d.c.).
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