Querido lector...
¿Te suena quién es Nicolás Copérnico? ¡Seguro que si! Astrónomo polaco del Renacimiento, matemático, físico, jurista, y más. Dicen que quizás también fue sacerdote, de lo cual sería interesante hablar otro día. Famoso por formular la Teoría Heliocentrista, la cual cambio completamente la concepción del mundo tal como era conocido en la época.
Resulta que hasta entonces estábamos seguros que la tierra era el centro del universo y todos los astros giraban alrededor nuestro. Y no es así, pues nosotros nos movemos junto con otros planetas alrededor de un Sol que está quieto. Copérnico lo demostró y ello resultó producir una gran crisis en los hombres de la época. ¡Ya no somos el centro de todo! ¡El universo es mucho más grande de lo que podíamos imaginar, y nosotros muy pequeños! ¡Vaya! El desconcierto que produjo el giro copernicano es más que comprensible.
Y recordando esta historia me da por pensar, amigo lector, ¿acaso no debemos los cristianos vivir en un continuo giro copernicano en el dejemos de mirarnos a nosotros mismos para vivir en torno a Alguien más grande que ilumine nuestras vidas?
El corazón del hombre se empeña en acomodarse al egoísmo individualista en el que todo le vale con tal de que le beneficie. ¡La de cosas malas que damos por buenas por pensar aquello del "a mi no me afecta"! ¡La de enfados gratuitos que nos tragamos por vivir continuamente pensando que todo el mundo quiere atacarnos y hacernos daño! ¡La de veces que sería más sencillo el perdón si todos nos pusiéramos en el lugar del otro!
Frente a ese ego que tenemos, Dios aparece como el perfecto Amor más grande que podemos imitar. Jesucristo es la luz que ilumina todo lo que hacemos, que nos invita a salir de nosotros mismos para mirarle a Él y poder amar a los demás, también a los que no nos quieren. Dios hace posible el paso del "YO" al "TU". Quizás sea verdad que todos te odien, pero tú ámales. La calumnia y la mentira injusta aparecen a menudo en nuestras vidas, miremos a Dios y pidamos luz para actuar frente a ellas. Evangelio puro.
¿Difícil? Eso no es nuevo, ya te dije que el giro copernicano trajo una gran crisis. ¡Pero bendita crisis la que se produce para vivir en la Verdad! ¿Acaso no es más hermoso vivir así? ¿No estamos mejor cuando vivimos para Dios y. con Él, para los demás? No hay duda.
¡Dios te bendiga, amigo! No te de miedo vivir en el giro copernicano. Hasta otra entrada.
@PatxiBronchalo
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