lunes, 6 de septiembre de 2010

De Dios, la física y Stephen Hawking

Mucho se está hablando últimamente acerca de las afirmaciones que hace el físico Stephen Hawking en su nuevo libro, y eso que el libro no se ha publicado aun (sale el día 9 y la publicidad ya la tiene).

El motivo de la polémica en cuestión, por si alguien aun no la conoce, es que en su nueva obra Hawking excluye la posibilidad de que Dios creara el universo ya que, según dice, las leyes de la física habrían sido suficientes para provocar el Big Bang. Para mas detalles acerca de esta noticia podéis pinchar aquí.

Por el mero hecho de nacer seres humanos nos surgen muchísimos interrogantes que necesitan ser respondidos. Es bueno preguntarse por cosas tan trascendentes como cúal es el origen del hombre, cúal es su finalidad en la vida o cúal es su destino tras la muerte, y por supuesto es bueno buscar las respuestas desde todos los campos de la ciencia. La ciencia pues es buena y la Iglesia así lo defiende en su Magisterio, es injusto acusarla de lo contrario.





Ahora bien, a mí me preocupa, y mucho, el uso que en ocasiones el hombre hace de la ciencia, cuando absolutiza uno de sus campos, pues ello lógicamente va en disminución de los demás. Esta bien usar la física para buscar a Dios pero es un error pensar que la física es el único camino pues la física es solo una porción de la ciencia y el conocimiento. Detrás de estas afirmaciones hawkingnianas (menuda palabrita me acabo de inventar) se encuentra una mentalidad positivista que consiste en la creencia de que solo son ciencias válidas aquellas que nos permiten pesar, medir y contar las cosas que se buscan. Eso es un error. Otras partes de la ciencia como la filosofía o la metafísica quedan dadas de lado y no tenidas en cuenta solo porque no son ciencias positivas. Y por supuesto en la mentalidad positivista la respuesta religosa queda fuera. En lo dicho por Stephen Hawking podríamos preguntarnos ¿quien creo esas leyes físicas que dieron origen al Big Bang? Y así podríamos seguir...

El hombre debe tener en cuenta todo lo que es si quiere dar respuesta a sus grandes interrogantes. Ya hemos dicho que el hombre puede y debe usar la razón en su búsqueda de la verdad, además de esto, el hombre es un ser abierto a la trascendencia, un ser que es capaz de ir mas allá de lo que se puede pesar, medir o contar con fórmulas y leyes positivas. La razón y la fe no son contrarias, la fe no es un obstáculo para la razón y la razón no lo es para la fe, ambas han de ir de la mano en el conocimiento de la verdad, es necesario que se complementen. Allí donde la ciencia no puede llegar (por lógicas limitaciones que podemos explicar otro día) recibe la ayuda de la fe, fe que necesita de la razón para no caer en una creencia irracional. La Iglesia defiende esto, no hace mucho nos lo recordó Juan Pablo II en su encíclica Fides et Ratio (la Fe y la Razón).

No debemos caer en el error de pensar que un solo campo parcelado de la ciencia es el que sirve para hallar todo el conocimiento, debemos ser humildes y tomar al hombre con todo lo que es, incluyendo sus límites. La física llega hasta donde llega y no puede pretender ser la única ciencia quye responda a todas las cuestiones. Es equivocado negar la existencia de Dios. Es un error negar que hay una trascendencia en el hombre, sería como decir que alguien ¡se enamora debido a ciertas reacciones químicas que le ocurren al ver a la persona amada. A mí eso no me sirve, creo que soy algo mas que un compuesto biológico que vino del fondo de mar, matarile rile rile, o algo mas que "meras colecciones de partículas fundamentales de la naturaleza", como Hawking dice en su libro.

Hoy quiero despedirme dejando dos regalitos. Uno es un artículo sobre esta polémica de Hawking y la física muy interesante que he encontrado en El Mundo, lo veréis pinchando aquí.

El otro es la encíclica Fides et Ratio, de Juan Pablo II, que antes cité y cuya lectura no puedo dejar de recomendar. Puede ser complicada de leer, pero preciosa. Pinchad debajo para descargarla y leerla.

DESCARGAR FIDES ET RATIO

Gudbai!

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