
Recuerdo una peli que vi hace algún tiempo, de título "La Playa", y de prota Leonardo DiCaprio, ya famoso mundialmente por "Titanic". En "La Playa" se nos narra la historia de un grupo de hombres y mujeres, todos occidentales, que han ido a parar juntos a una isla del pacífico. Todos tienen en común el haberse marchado de sus hogares en busca de nuevas experiencias que les den sentido a su existencia, mas bien vacía, y haber acabado encontrando aquella isla.
La isla es un auténtico paraíso para ellos: aguas cristalinas llenas de ricos peces, bellas palmeras colocadas a una distancia suficiente para poder colgar cómodas hamacas, plantaciones naturales de marihuana suficientes para poder estar de fumada y buen rollo el resto de sus vidas... ¡Qué mas pueden pedir! En un momento de la película, al ver el percal que tiene delante, Leonardo DiCaprio sólo puede decir: "Por fin he encontrado mi vocación: la búsqueda del placer".

Aquel gran colega de la isla del buen rollo pasa a convertirse en un molesto problema. Sus gritos resultan fastidiosos para el resto de amigos, les hacen sentir dolor, en un lugar en el que precisamente el dolor no existe. La solución la ven clara: trasladarle en su camilla al bosque, lejos, y dejarle allí, así sus gritos de dolor nunca mas les harán sufrir.
"La Playa" me recordó enormemente a nuestro mundo de hoy, y sus habitantes a los hombres del siglo XXI.
Vivimos en una cultura que rechaza cualquier tipo de sufrimiento. Eso, por supuesto, no está mal, pues a ninguno nos gusta sufrir y no se debe buscar el sufrimiento como finalidad en sí mismo.
El sufrimiento, sin embargo, está presente en el mundo, y por mucho que queramos callarlo, construyéndonos nuestra perfecta playa particular, aparece cuando menos lo esperamos. En las playas hay tiburones que se escapan a nuestro dominio. Nadie está libre de situaciones en la vida que nos hacen sufrir.

Es la paradoja de la cultura actual: no quiere ver el sufrimiento y lo soluciona con la muerte.
Pero... aunque los ojos no vean... el corazón si que siente. La negación de lo que creemos que nos hace sufrir solo engendra al final un sufrimiento mayor (y cierto). Poco se nos habla de las profundas heridas que quedan en el corazón cuando los ojos miran para otro lado.

Y digo mas: sólo si Dios se ha hecho hombre y ha sufrido hasta dar la dar la vida en muerte cruel la vida, con todo lo que ella conyeva (también el sufrimiento) puede tener sentido.
Por cierto, la peli de "La Playa" se me acabó haciendo mas bien aburrida, pesimista y previsible, así que no os la recomiendo.
Hasta mas leernos por aquí, querido lector. Dios te bendiga.
3 comentarios:
Creo que solo Dios llena nuestros vacíos.
Gracias por visitar Quiero Suicidarme.
DTB!!
Una estupenda reflexión. Por eso hoy es la que elijo para aconsejar en mi blog. Menos mal que has desaconsejado la peli, porque en su tiempo no me atrajo nada y fue una de las que rechacé visualizar, y leyendo el principio de tu post ya estaba pensando que al final tendría que verla. Uffff.
María: Gracias a tí y enhorabuena por tu blog. Me pasaré mas a menudo
Angelo: jejeje, muchas gracias¡ Haces bien. Hay cosas mejores en las que emplear el tiempo que en esta peli. Un abrazo
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