
Probablemente te suene a chino si te digo que ¡¡feliz día de todos los Santos!! Quizás pienses: "tio, te has equivocado, ¡es Jalowin!, así que, deséanos ¡feliz Jalowin! oeoeoé.
Y es que en estos días al ir por la calle sólo se ven monstruillos, calabazas y murciégalos en las decoraciones de calles y locales. Una fiesta very, very american que se ha hecho superpopular en poco tiempo. Mas de un amigo tengo yo que ha pasado de ir a manifestaciones antiyankies a vestirse de Jack Skeletor para ir a la disco de turno. ¡Para que luego digan que la cultura no nos influye, oiga!

¡Los pobres dependientes de burguers no se quedaban atrás!, nos atendían un Frankestein, un tio vestido totalmente de negro (que no se bien que era) y el tio de se lo que hicísteis el último verano. Supongo que les sería algo incómodo y molesto llevar puesto durante todo el día un disfraz monstruoso y caluroso mientras tenían que poner pepinillos a las burguers y preguntar al Hombre sin Cabeza del otro lado de la barra si quiere un sobrecito más de ketchup.
Y fue muy divertido cuando, mientras nos comíamos las burguers, se acercó una niña al cristal donde estábamos y abrió la boca para asustarnos con la dentadura de vampiresa que llevaba puesta. Me hizo gracia. Quise hacer lo mismo, ya que tengo los dientes feos como un vampiro (sin necesidad de poner unos de plástico), pero me di cuenta de que tenía la boca llena de hamburguesa, ¡y eso si que habría asustado de verdad a la niña!
Bueno, en resumen, que todo parece estos días estar impregnado de Jaliwin y esas cosas bobas, y olvidamos que la fiesta que de verdad celebramos es la de Todos los Santos. Y esto sí que es importantísimo no perderlo de vista.

Se oye muchas veces decir que el mundo está muy mal, que se persigue a los cristianos, que los propios cristianos no dan muchas veces el testimonio de vida que debieran... ¿pensáis que esto es nuevo?, ¿creéis que esto no ha ocurrido nunca? Lleva ocurriendo toda la historia. La Iglesia ha tenido siempre grandes dificultades, dentro y fuera de ella. Pero, ¿sabéis qué? nunca ha dejado de haber Santos en la Iglesia de Dios, hombres y mujeres que desde lo escondido han vivido como vivió Cristo, hen tenido su mismo corazón. Esos son los que de verdad han cambiado el mundo y lo siguen cambiando hoy.

"A menudo se piensa que la santidad es un objetivo reservado a unos pocos elegidos. (…) La santidad, la plenitud de la vida cristiana no consiste en el realizar empresas extraordinarias, sino en la unión con Cristo, en el vivir sus misterios, en el hacer nuestras sus actitudes, sus pensamientos, sus comportamientos".
¡Estamos llamados al Cielo! Al morir no nos vamos a convertir en Frankestein, ni en Jack Skeletor, ¡ni en el Teletubby zombie! Morimos para vivir. Para vivir la Santidad en el Cielo junto a Dios. Y en el día de todos los Santos nos unimos a la intercesión de todos los que ya están allí.
¡Feliz día de todos los Santos, querido lector!
1 comentario:
Genial! Gran verdad, y gran lección :)
Fdo: Jacks ;)
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