viernes, 12 de junio de 2015

Tranquility

Querido lector...

La imagen que acompaña este post me llegó ayer al movil y refleja la campaña que la empresa suiza Genoma empezó a hacer en Madrid para anunciar sus infalibles test de ADN para que mujeres embarazadas puedan saber si su hijo tiene la trisomía 21.

No hay ni que mencionar que estos test se realizan no por una mera curiosidad de cómo es el bebé sino para actuar en consecuencia si no gustan los resultados.


Y ya ves, la campaña lleva incorporada la foto tamaño gigante de una niña con síndrome de down. Una niña simpática y sonriente, cuya alma no vemos, pero, si el rostro es espejo de ella, si nos la podemos imaginar. Un niña igual a la que un futuro aborto matará, igual a la de miles de niños que dejan de nacer cada año por este genocidio silencioso. ¡Tanto me recuerda a otro niño de la parroquia que conozco!, Miguel, todo cariño y alegría. Otros he conocido, todos siempre sonrientes devolviendo multiplicado el amor que se les da.

Lo siento. Siento la dureza, pero esto es así de duro y mas, aquí les ha faltado pintar una diana. No cabe el argumento de que, como insinúa también el anuncio, es un feto y nada más. ¡Lamentable! ¡Penoso! ¡Es un ser humano! No es un perro, ni un mosquito, ni una mesa de billar.

En honor a la verdad hay que decir que, ante el gran rechazo causado por campaña tan bochornosa, la empresa ha retirado el cartel y se ha disculpado por "herir sensibilidades". Dicen que solo buscan ayudar a los padres a prepararse para el nacimiento del niño que viene. ¡Seguro que si! Hasta habrá que darles las gracias.

El cartel no está ya, pero el cartel no es lo que más preocupa. Lo grave es la enferma mentalidad de fondo que tenemos instalada en nuestra sociedad. Si algo nos molesta lo descartamos. Como borregos creemos las mismas mentiras que nos cuentan sobre el sufrimiento que un niño down tiene y hace tener a quienes los rodean. ¿Has pensado alguna vez, amigo lector, que una sociedad entera puede estar equivocada en algo que dice creer está bien o mal?

Tranquility, que los niños down son una desgracia y un peso para vosotros pero nosotros podemos detectarlo por menos de setecientos euros. Tranquility, que ese bebé que vais a tener es peor que el resto pero en otras clínicas podéis eliminarle, y se sigue haciendo caja. Tranquility, eliminar un niño no deja consecuencia ninguna en vosotros, es como perder un calcetín, ya tendréis otro. Tranquility, ese niño os va a arruinar la vida pero nosotros con nuestra inteligencia y superioridad moral occidental os lo arreglamos. De nada.

Y digo yo, ¿por qué no probamos a mirar a estos niños con otros ojos? ¿Con unos ojos tan preciosos y limpios de maldad como los que ellos tienen, por ejemplo? Para poder curar algo hay que empezar por reconocer quién es el verdadero enfermo.

Hasta la próxima entrada, amigo lector, ¡buen día y que Dios te bendiga! Nos encomendamos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es vergonzoso que cosas como estas ocurran en nuestros días y sean vistas como "normales". Sin duda alguna, tenemos una sociedad corrompida, sin ningún tipo de valores, cuyo único dios es el dinero. Siento vergüenza ajena de esta fotografía, y del descaro con el que se insinúa lo fácil que es el proceso para acabar con la vida de un niño con síndrome de Down. No nos merecemos a estos niños (que gracias a Dios en muchos hogares son bien recibidos) porque son verdaderos ángeles.

rocioesther dijo...

Que tristeza, y como se puede pensar que que acabar con un ser humano con sindrome de Down y insinuar que hoy es fácil dando una tranquilidad para su EXTERMENIO, que dura la vida del publicista y si su madre lo hubiese abortado,sin valores sin amor ninguno!!!

Unknown dijo...

Es una hazaña mas de los políticos de buena mesa y fácil solución para vende toda clase de arma mortifera y los cubre el velo de la mentira para engañar diciendo que lo bueno que en este caso es ayudar a hacer un mundo sin discriminación hacia los mas débiles, pues nos lo quieren hacer pasar como malo para la salud y el bienestar osea como el tabaco o el alcohol. Este es el patrón de los caciques que nos gobiernan. Cada ved que dan un paso en la sociedad lo dan para atrás y le llaman "Progreso". Dan pena.