lunes, 13 de abril de 2015

A quitar matojos...

Querido lector...

¡Mucho sin escribir por aquí! Estoy en una de esas rachas que tenemos algunos blogueros de sequía tecleadora... No es que no haya nada que poner, ¡que va! A este que escribe se le van ocurriendo muchas cosas, pero me da por pensar: "esto requiere tiempo para darle forma bien", "ya lo haré luego", "¡mañana sin falta!"... El caso es que, te pido disculpas, en medio de este continente digital que vive constantemente dando al botón del F5 (es el botón de actualizar, por si no conocías el atajo) siento que a este blog le empiezan a salir esos descuidados matojos síntoma de que el bloguero lo tiene medio abandonado.


Un mes intenso este último. Jaleo, ¡mucho jaleo en la parroquia! Pero del bueno... Hemos vivido una Semana Santa preciosa, con convivencia con los jóvenes durante el Triduo incluída, me ayuda e impresiona mucho vivir esos días en la parroquia, es asombroso como las personas de los distintos grupos se vuelcan para prepararlo todo, y participan con emoción en los oficios. No se. Me ha ayudado especialmente ver a la gente estos días Santos, uno de esos regalos maravillosos que tenemos los curas de vez en cuando.

Jaleo también en el resto de cosas del día a día,  con la mirada puesta cerca para aterrizar en Dios todo lo que va sucediendo, y a la vez la mirada puesta lejos para ir organizando lo que vendrá. Estamos preparando de nuevo el campamento parroquial, las comuniones, el fin de curso, alguna peregrinación para el verano... ¡Quisiera escribir de tantas cosas! Y a la vez no escribo de ninguna... Esto que escribo hoy está muy desordenado, lo voy poniendo muy deprisa, según se me ocurre... Bueno, todo está en la cabeza y en el corazón, irán saliendo cosas. Vamos quitando los matojos.

Hasta pronto, amigo que lees este blog. Encomiéndame. Y yo a ti. Dios te bendiga.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Te encomiendo en mis oraciones matutinas un abrazo Patxi

Angelo dijo...

Es un gozo volver a verte y experimentar que Dios marca tu vida. Un abrazo