El hombre, mediante la razón, puede conocer que existe Dios, pero no cómo es Dios realmente. Pero como Dios quería ser conocido, se ha revelado a sí mismo. (CEC 50-53, 68-69)
Dios no estaba obligado a revelarse a los hombres. Lo ha hecho por
amor. Como en el amor humano podemos saber algo de la persona amada sólo
cuando nos abre su corazón, del mismo modo sólo sabemos algo de los más
íntimos pensamientos de Dios porque el Dios eterno y misterioso se ha
abierto por amor hacia nosotros. Desde la Creación, pasando por los
patriarcas y profetas hasta la --> REVELACIÓN definitiva en su Hijo
Jesucristo, Dios ha hablado una y otra vez a los hombres. En ÉL nos ha
abierto su corazón y mostrado claramente para siempre su ser mas intimo.
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