
Hace poco le han regalado a mi madre un robot de cocina que me tiene asombrado. ¡Nunca había visto una cosa tan curiosa!
Por fuera el bicho es muy feo (parece el R2-D2 ese), pero su eficacia para cocinar es increíble: lo abres, le metes lo ingredientes que se necesiten para el plato en cuestión, lo cierras, lo programas y.... ¡vaya!, te cocina lo que tú querías. ¿Que quieres un pastel?... pues te lo hace. ¿Prefieres tortilla de patatas?... pues nada, tortilla. ¿Mejor quieres asar un pato?... pues te asa el pato, ¡y si le dejas hasta va al campo a cazártelo! Mola.