"Solo quien nada contracorriente
tiene la certeza de que está vivo"
G.K. Chesterton
Querido lector, como cristiano, ¿cuántas veces te ha sucedido que te sientes solo e incomprendido ante el mundo que te rodea? ¡Muchas, seguro que muchas! Serás visto como el "bicho raro" de tu clase o como aquel de tu trabajo al que le han comido la cabeza en la Iglesia. Y más doloroso aún cuando dentro de tu propia parroquia eres el "exagerao" que se toma las cosas de Dios demasiado en serio.
Y es que el verdadero seguimiento de Cristo implica siempre, siempre, siempre nadar contracorriente. Como los salmones. ¿Por qué tiene que ser tan complicado?, me preguntarás. Y yo te pregunto: ¿pero no crees que es realmente hermoso? Por muchas razones.
Porque solo quien nada contracorriente vive realmente la libertad en medio de un mundo que cree hacerlo y que en realidad es esclavo. Porque las personas nos creemos muy libres, pero luego todas pensamos lo mismo, juzgamos todo con los mismos tópicos y nos apegamos a las mismas cosas que nos esclavizan prometiendo felicidad y nos dejan posos de frustración y vacío con los que nos acostumbramos a vivir resignándonos diciendo aquello de: "tendrá que ser así".
Porque solo quien nada contracorriente es capaz de salir de si mismo para caer en la cuenta de que hay mucha gente alrededor que necesita de acogida y escucha, y nosotros podemos ayudarles a estar mejor. Detrás de las caras amargas hay mucho dolor y mucho pesimismo acumulado por no poder dar sentido a una vida en la que la corriente nos arrastra y en la que vivimos arrastrándonos. Solo un Amor más grande puede curar corazones tan rotos, el que lo ha experimentado nadando contracorriente puede mostrárselo a los demás.
Porque solo quien nada contracorriente puede darse cuenta de la cantidad de detalles hermosos por los cuales podemos dar gracias cada día. Vivimos rodeados de personas y situaciones maravillosas que se nos hacen rutina y dejamos de valorar arrastrados por la corriente pesimista de que en la vida estamos simplemente para ir tirando y soportandonos como podamos. El corazón agradecido se da cuenta de la grandeza y regalo que es la vida, y vive más feliz sostenido por ese Amor mayor.
Porque solo quien nada contracorriente tiene la certeza de que está vivo. ¡No es maravilloso estar vivo! ¡No es precioso ser libre! ¡No es genial amar y saberse amado con mayúsculas! ¡No es fantástico vivir agradecido cada día! Los cristianos estamos llamados a esto, y si te dicen otra cosa, amigo, te están mintiendo. ¡No te canses de vivir así! No te engañes: en el corazón todo encaja, estamos hechos para ello. Y Dios nos ayuda con su gracia en cada instante. Es hermoso ser salmón.
Dios te bendiga, amigo lector, que tengas buen día. Nos encomendamos.
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