Veintiún cristianos coptos han sido martirizados por el Estado Islámico. Veintiuno. ¿En qué siglo estamos? En el veintiuno. HOY SIGUEN MURIENDO CRISTIANOS A CAUSA DE SU FE.
En el video propagandístico aterrador que ISIS ha difundido para que el mundo vea con miedo las ejecuciones puede escucharse como uno de los terroristas llama despectivamente a los cristianos "el pueblo de la Cruz". Un nombre hermosísimo. Mientras son degollados en frente de las cámaras los cristianos rezan, "Jesús, ayúdame".
Sus labios mueren confesando a Cristo, a aquel que nos ha prometido aquello de que "quien pierda su vida por mí la encontrará", y nos ha alentado con eso de "bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos".
Más allá de las Palabras de Dios... ¿Dónde está Dios en medio de tan grande atrocidad y espeluznante barbarie humana? Encuentro la respuesta mirando la Cruz. Esa Cruz que da nombre orgulloso a nuestro pueblo cristiano acoge el silencio de un Dios crucificado, sufriendo, llorando, clamando al Padre, muriendo. Un Dios que ha pasado por todo esto comprende bien esos sufrimientos, lágrimas y clamores. Dios estaba en esa playa doliéndose y muriendo. Merece la pena seguir al Dios que sufre contigo. Por eso nos colgamos una Cruz. Nosotros somos ese pueblo.
Creo que lo mejor es que ninguno veamos ese video, y que todos elevemos nuestras oraciones y ofrecimientos por todos estos cristianos que están muriendo y sufriendo persecución en el siglo XXI. La Misa hoy es por ellos. Descansad en paz, hermanos.
Y hasta otra entrada, mi amigo lector. Dios te bendiga.
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