¡Fascista si no piensas como ellos!

Cada día me sorprende mas, querido lector, la capacidad que tienen algunas personas de pisotear los mismos ideales que dicen pasarse la vida defendiendo. Aquellos que proclaman como diosa absoluta de nuestra sociedad a la libertad individual son los mismos que llaman fascista a cualquier persona que tenga la osadía de decir algo que no casa con su "librepensamiento" dominante. Todo es tolerable, hasta que defiendes algo que no les gusta, ¡entonces eres un fascista! Que no compras el mismo periódico que ellos: ¡eres un fascista! Que no te gustan los programas de televisión ideologizados que ellos ven: ¡eres un fascista! Que no te gusta una ley que a ellos si y lo dices: ¡eres un fascista! Que encima les intentas explicar desde el respeto que precisamente un fascista es lo contrario, el que es intolerante al pensamiento de otros: ¡eres un fascista!

Lo vemos a menudo. Esta misma semana, sin irse mas lejos, en la Universidad Complutense de Madrid, dos asociaciones católicas exponían un manifiesto a favor de proteger al no nacido y a la mujer embarazada. Un texto positivo hasta en el nombre, no se llama "De la atrocidad y maldad del aborto" (que podría ser) sino "Es bueno que tu existas". Bastó un ratito de exposición y diálogo para que pasara lo de siempre, ver a una masa insultando y reventando el acto de lectura del manifiesto al grito de "fuera fascistas de la universidad". Los panfletos con el manifiesto rotos delante de las narices de los chicos, ¡seguro que para recordarles la gran importancia que tiene la libertad de expresión en esta sociedad librepensadora en la que vivimos! Todo esto ocurre en la universidad (católico invento, por cierto), donde toda idea tiene cabida, donde el pensamiento se debe cultivar como en ningún otro sitio.  El video lo dice todo...

Me da por pensar dos cosas, amigo lector. La primera, que ahí está lo que diferencia a un cristiano de quien no lo es: el amor a Dios y al prójimo. El Amor es nuestro mejor aliado, nunca las ridículas armas de la injuría y de la calumnia hasta hacer llorar deben ser las nuestras, esas es mejor dejárselas a los habitantes del libre mundo antifascista que todo lo tolera. Es escandaloso para el mundo, quizás también para muchos de nosotros, pero el no nacido que unos estaban defendiendo tiene la misma dignidad de persona que aquellos que estaban insultando a sus defensores. Escándalo, si, ¡pero es un orgullo ser católico! Un amigo cura me contaba precisamente como también esta semana un grupo de pro-abortistas en manifestación se paraban delante de su parroquia (¡qué casualidad!) a leer un manifiesto a favor de la muerte del no nacido y de una libertad de la madre que en realidad la hace polvo, y de paso gritar algún que otro insulto. Él no salió a llamarles fascistas. Para los que soportan los gritos e insultos por defender la vida: bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, de ellos es el Reino de los Cielos.

Y la segunda: ¿somos realmente tan libres como nos creemos? Vemos los mismos programas de moda, hacemos las mismas cosas que todos hacen según lo que nos dicte la moda de turno a través de la publicidad, nos creemos las mismas ideas sin pensar si casan o no con la verdad de nuestro corazón... ¡Qué libre todos! Si lo piensas un poco, querido lector, libertad no es hacer lo que te de la gana, nadie es tan libre como aquel que busca vivir en cada momento de su vida para elegir el Bien, no el mal. Y en eso, ¡es también un orgullo ser cristiano e intentarlo!

Por cierto, recomendado queda leer el manifiesto...! Dios te bendiga.