¡Hola, hola, hola!
Querido lector, en el mundo hay personas maravillosas, que destacan por pasar inadvertidas, ¡yque tienen una sensibilidad y delicadeza impresionantes con las cosas de Dios! Hoy me ha pasado una cosa bonita, al encontrarme con una de estas personas...
Viene a la parroquia una señora muy simpática, a sus 91 años está como una rosa, siempre se para a saludarnos a los sacerdotes, y a recordarnos que cada día reza por nosotros (¡me encanta!). Hoy como cada domingo vino a Misa a la parroquia y, por supuesto, vino a saludar a sus amigos curas: "Cada noche rezo por ustedes, y por las vocaciones", que maja. "Pero hoy soy yo la que necesita oraciones, recen por mí para que sepa convertir cada momento de mi vida en oración". Mi amiga me dejó asombrado, ¡que gran lección en una sola frase!
Una mujer que ha vivido toda la vida con el Señor, pidiendo con la sencillez de un niño oraciones para ella, sabiéndose pequeña y necesitada de Dios. Admira ver un corazón tan humilde, y me ha hecho pensar que el camino de la sant dad debe ser por ahí. Si.
El camino a la santidad consiste en saberse siempre amados por Dios y puestos en sus manos, consiste en esperar siempre de Él, en no dejar nunca de reconocer su Bien en nuestra vida. ¡Gran error sería pensar que Dios no tiene nada mas que darnos y ayudarnos en nuestra vida, o que ya lo sabemos todo de Él! Nos convertiríamos en cristianos resabiados, amargados, meramente cumplidores de un Dios que habría dejado de ser Padre para convertirse en un "vigilante".
Y pensaba que, ójala yo también sea al menos capaz de decir en cada momento de mi vida que Dios tiene mucho que regalarme todavía, mucho que sorprenderme, mucho que enseñarme al hablar con Él en la oración. Porque Dios es así, no me cabe duda.
Y a Él también hay mucho que agradecer cada día... Hoy en especial por mi amiga la señora. Y hoy también, por la noche, empiezo Ejercicios Espirituales. Estaré algunos días sin actualizar el blog este. Y a ti, querido lector, te pido m encomiendes. Hasta mas leernos por aquí, amigo, Dios te bendiga.
1 comentario:
Pues encomiendo esos ejercicios. Un abrazo
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