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viernes, 3 de agosto de 2018

Filipinas 3. (Es fuerte). Puerta a puerta, agujero a agujero

¡Hola amigos!

Hola desde Manila. No pensaba escribir tan pronto pero hoy estoy, estamos, especialmente tocados en el corazón. Es una sensación rara, no se, intentaré contaros y poner alguna foto, pero todo lo que cuente se va a quedar muy corto. Estos dos últimos días hemos empezado a visitar el verdadero tercer mundo de Manila. Os cuento.

Hemos contactado con el resposable de las Comunidades Neocatecumenales de Filipinas, todo un apostol Sandokan que inmediatamente no ha dado todo facilidades. Además de invitarnos a celebrar Eucaristías los sábados con las Comunidades de aquí (que nos han recibido muy bien), le hemos pedido poder visitar las casas de alguna parte de la ciudad para anunciar el Evangelio puerta a puerta, hablar de Dios. Fuerte.

Cada día vamos a su parroquia, donde cincuenta niños acuden a comer cada día en un comedor que la comunidad de aquí ha montado. Con mucho mérito, es el comedor que mejor he visto les da de comer. Les acompañamos en la comida y luego en la capilla les hablamos de Dios, les leemos el Evangelio, les enseñamos a cantar el Aleluya. Somos nosotros los que aprendemos, los que recibimos. Aquí es muy palpable lo del cuento por uno, más que en ningún otro lugar que haya visto.

La evangelización fuerte viene luego, cuando acompañamos a los niños a sus casas y hablamos con sus familias y sus vecinos. Es fuerte. Viven en auténticos agujeros: túneles estrechisimos con puertas y coronas que dejan et habitaciones donde comen, cocinan, duermen, familias de siete, ocho personas. Casas hechas con palés y basura encima del rio, donde algunos beben y otros hacen sus necesidades. Un calor asfixiante, una humedad tremenda, casas de cuatro plantas con escaleras casi verticales y suelos de chapa que casi no soport peso.

Todos nos dejan entrar, llevamos pensado que decir pero tras escucharle casi no podemos decir nada... “Dios te quiere”, “está contigo en el sufrimiento”, “rezamos por ti”. Todos asienten, sonríen. Nos acogen. Es tumbativo.

Muchas historias, muchas intenciones por las que rezar. Más nos vale que no lo digamos por postureo. Una joven, en cama esperando la muertebtras un accidente en el tráfico de Manila. Un niño con problemas de corazón, que apenas puede salir de casa, salvo para ir a Misa. Una mujer pobrísima dedicada a servir a los que son como ella en Caritas de la parroquia. Una joven madre, siguiendo y ayudándonos, agradecida por lo que había escuchado. Un niño de diez años con dos puñaladas de un pincho en la oreja y el costado tras una pelea en el colegio. Una mujer que señalaba con tristeza un ratón que había en su casa, lamentando no poder ofrecernos sitio mejor. Otra medre pobrísima con seis hijos diciendo que es feliz pese a no tener nada, y diciendo muy segura que el dinero. O lleva al Cielo..

Aunque todos creen en Dios, hay mucho más sufrimiento detrás: sectas, supersticiones, falta de vivir cara a un Dios personal. Muchas familias rotas, falta de buena alimentación, alfabetización. Los, niños hacen un gesto para hacernos saber que su madre o su padre se fueron y les abandonaron. Otros jamás sonríen, por muchos juegos y cantos que hagamos... esto cómo entenderéis no es normal, y no nos atrevemos a hablar de lo que han podido vivir, aunque podemos imaginarlo.

Perdón por escribir tanto. Como veis esto es fuerte. Abro reflexión: estoy orgulloso de ser cristiano, y de lo que he visto hacer a estos cristianos. Desde Europa teorizamos. Todo lo teorizamos. La solución es esto... la solución es lo otro... Es fácil hacerlo desde allí, yo mismo lo he hecho muchas veces. La práctica es otra cosa, la solución a este hospital del tercer mundo pasa por actos sencillos de amor, la mejor enseñanza que podemos dar es la de abrazar la cruz, la única fuente posible para hacerlo es la oración, vivir de Jesucristo. Si no todo es un sin sentido. De verdad. Es un sin sentido. La labor de estos hermanos es impresionante, y el que nos dejen compartirla es un privilegio que nos tumba. Cierro reflexión.

En fin, no se, perdón de nuevo porque esto es largo, aunque en el corazón me dice que me quedo corto. Os seguiré contando muy pronto.

Gracias por las oraciones. Un fuerte abrazo desde Manila. La paz.











5 comentarios:

  1. Patixi no tienes que disculparte de nada nos abres los ojos a otro mundo a otras realidades que la gracia de Jesucristo te ayude a ser un reflejo de su amor gracias por la labor que estas realizando

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  2. Patxi el corazón se siente así como tú dices!!! Que dichosos somos de todo y al final nos falta esa sonrisa que tienen alguno de esos niños,que Dios les acompañe en esta obra tan hermosa!!! La Paz os quiero mucho

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  3. Animo hermano....todo sucede para bien!!!

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  4. Y la sonrisa de ustedes y los niños son la mejor recompensa. Nosotros a orar por todos. Un abrazo y Dios los bendiga.

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  5. Una experiencia maravillosa. Dios los ha llevado de la mano y estoy segura que han recibido el 100x1
    Que bien se está con los hermanos. En oración por todos

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