La -> IGLESIA saca su vida y su fuerza de la Sagrada Escritura. (CEC 104-104, 131-133, 141)
Con la excepción de la presencia de Cristo en la sagrada EUCARISTÍA, no hay nada que la IGLESIA venere más reverentemente que la presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía. En la Santa Misa acogemos en pie el Evangelio, porque en las palabras humanas que escuchamos es Dios mismo quien nos habla. (YC 128)
